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| Erick Estrella |
Por Erick Estrella
New York.- El verano 2022, aparte de ser uno de los más calurosos de esta nueva década, constituye uno de los más preocupantes para las familias latinas residentes en Estados Unidos.
La preocupación está sustentada en el aumento de los combustibles, alimentos e impuestos, mientras los salarios permanecen estancados.
En los Estados de New York y New Jersey, donde reside la mayor cantidad de latinos, los quejidos se convierten en un coro colectivo.
Ese coro, con su sonido ensordecedor parece no llegar a las autoridades competentes, para actuar, aplicando los correctivos demandados por la mayoría.
Hoy día, los salarios no alcanzan para cubrir las responsabilidades directas que tienen los padres y madres de familias.
El costo de los combustibles ha aumentado como nunca en la historia, lo que ha llevado a muchos propietarios de vehículos a dirigirse a sus puestos de trabajo en transporte público, trenes y autobuses.
Algo similar se produce en torno a los artículos comestibles de consumo masivo, muchos de los cuales han escaneado de las góndolas de bodegas, miniMarket y supermercados.
A esta pesada carga, que bajo la responsabilidad llevan en hombros los trabajadores latinos, hay que agregar el aumento de los impuestos a las rentas de viviendas.
Este episodio, que se asemeja a una pesadilla horrible, es la que están viviendo en tiempo real las millones de familias latinas que residen en Estados Unidos.
El acariciado "Sueño Americano", de todos los que han tenido la gracia de Dios para poder pisar suelo estadounidense, ya no existe, y si acaso queda algo es muy poco.
Las autoridades, no deben, ni pueden quedarse de brazos cruzados, ante esta cruda realidad que a todos nos afecta.
Atender nuestras urgencias internas, antes de mirar las necesidades de nuestros vecinos, es lo más aconsejable en este momento crucial, antes de perecer.
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