La migración puede llevar prosperidad a todos los países

Los migrantes representan una oportunidad de sostener el desarrollo en naciones de destino cuya población envejece, y de obtener recursos para los países emisores, debiendo unos y otros ajustar sus políticas para obtener beneficios sin situaciones de maltrato para las personas que migran, plantea el Banco Mundial. Foto: Zocca/SJR


WASHINGTON – Muchas economías dependan cada vez más de la migración para hacer realidad su potencial de crecimiento a largo plazo, y políticas migratorias mejoradas pueden ayudar a impulsar la prosperidad en todos los países, ha planteado un nuevo informe del Banco Mundial.

La migración “puede ser una fuerza poderosa para generar prosperidad y desarrollo”, pues “cuando se gestiona adecuadamente proporciona beneficios para todas las personas, tanto en las sociedades de origen como de destino”, el director gerente sénior del Grupo Banco Mundial, Axel van Trotsenburg.

El “Informe sobre el desarrollo mundial 2023: Migrantes, refugiados y sociedades” asienta que las poblaciones de todo el mundo están envejeciendo a un ritmo sin precedentes, lo que hace que muchos países dependan cada vez más de la migración para hacer realidad su potencial de crecimiento a largo plazo.

Esa tendencia se identifica como “una oportunidad única para hacer que la migración ayude más a las economías y a las personas!”, indica el documento.

Los países ricos, así como un número creciente de países de ingreso mediano -tradicionalmente, una de las principales fuentes de migrantes-, se enfrentan a una disminución de la población, lo que intensifica la competencia mundial por los trabajadores y el talento.

Mientras tanto, se prevé que la mayoría de los países de ingreso bajo tendrá un rápido crecimiento demográfico, lo que constituye una presión para crear más empleos para los jóvenes.

“La migración puede ser una fuerza poderosa para generar prosperidad y desarrollo. Cuando se gestiona adecuadamente proporciona beneficios para todas las personas, tanto en las sociedades de origen como de destino”: Axel van Trotsenburg.

autoridades hagan realidad este modelo, “un marco simple pero efectivo para contribuir a la formulación de políticas de migración y de refugiados”, dijo Indermit Gill, economista en jefe del Grupo Banco Mundial y vicepresidente sénior de Economía del Desarrollo.

“Nos indica en cuáles casos los países de destino pueden adoptar esas políticas unilateralmente, cuándo es más adecuado que lo hagan plurilateralmente los países de destino, de tránsito y de origen, y cuándo deben considerarse una responsabilidad multilateral”, expuso Gill.

De su lado, según el banco, los países de origen deben hacer de la migración laboral una parte explícita de su estrategia de desarrollo.

Deben reducir los costos de las remesas, facilitar la transferencia de conocimientos desde la diáspora, y desarrollar habilidades que tengan alta demanda en todo el mundo para que los ciudadanos puedan obtener mejores empleos si migran.

También deben mitigar los efectos adversos de la “fuga de cerebros”, proteger a sus ciudadanos mientras están en el extranjero y brindarles apoyo cuando regresan.

Según la OIM, los migrantes pasaron de enviar 126 000 millones de dólares en remesas a sus lugares de origen en el año 2000, a 702 000 millones en 2020.

Los países de destino deben alentar la migración cuando las habilidades que aportan los migrantes sean muy requeridas, facilitar su inclusión y abordar los impactos sociales que generan inquietud en sus ciudadanos.

Asimismo, necesitan permitir que los refugiados se trasladen, consigan empleo y accedan a los servicios nacionales que estén disponibles.

Finalmente, dice el informe que la cooperación internacional es esencial para “transformar la migración en una potente fuerza que contribuya al desarrollo”, y se requieren esfuerzos multilaterales para distribuir los costos de recibir refugiados y abordar los casos de migración desfavorable.

A-E/HM




Fuente: ipsnoticias.net 

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