FOTO DE ARCHIVO. Un cliente compra en un supermercado en Niza, Francia |
Por Balazs Koranyi
30 ago (Reuters) - La inflación de la zona euro cayó este mes a su nivel más bajo en tres años, lo que refuerza la idea de un nuevo recorte de los tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE) en septiembre, aunque es probable que el crecimiento de los precios repunte hacia finales de año.
La inflación en los 20 países que comparten el euro se ralentizó hasta el 2,2% desde el 2,6%, en línea con lo esperado, ya que los menores costes de la energía la acercaron al objetivo del 2% del BCE tras tres años de crecimiento de los precios por encima del objetivo.
Sin embargo, las cifras subyacentes mostraron un panorama más matizado, ya que la inflación de los servicios se aceleró, un factor que puede mantener preocupados a algunos responsables de la política monetaria del BCE por el crecimiento salarial en el sector.
La inflación subyacente, que excluye los costes volátiles de los alimentos y la energía, se redujo hasta el 2,8%, desde el 2,9% del mes anterior, en línea con las expectativas, ya que la moderación de los precios de los bienes importados contrarrestó el aumento de la inflación de los servicios hasta el 4,2%, desde el 4,0%.
Los precios de los servicios se vieron probablemente impulsados por el impacto de los Juegos Olímpicos de París, ya que los costes de los servicios en Francia experimentaron un fuerte aumento, en lo que algunos economistas consideraron un impacto puntual y temporal.
Se espera que el BCE recorte los tipos de interés el 12 de septiembre, y el verdadero debate es si seguirá esta medida con una mayor relajación en octubre, dada la moderación de las presiones sobre los precios, la debilidad del crecimiento económico y el debilitamiento del mercado laboral.
Aunque los responsables de política monetaria del BCE acogerán con satisfacción las cifras del viernes, podría ser necesario esperar hasta finales de 2025 para que el crecimiento de los precios vuelva a alcanzar el objetivo de forma más sostenible.
El efecto base de los elevados precios de la energía de hace un año está presionando mecánicamente a la baja la inflación en agosto y posiblemente en septiembre, pero los dirigentes monetarios prevén una curva de inflación en forma de U y un repunte hacia el 2,5% este año.
Una cuestión a tener en cuenta es que los economistas del mercado ven una caída mayor que los propios responsables del BCE, lo que deja las expectativas de tipos de interés abiertas a la volatilidad en caso de que se materialice una perspectiva menos benigna.
Por el momento, los mercados prevén unos seis recortes de tipos antes de finales del próximo año, aproximadamente un recorte más de los que se contemplan en las previsiones económicas del BCE, lo que indica que los mercados son más optimistas que el BCE sobre las perspectivas de los precios.
Es probable que el rápido crecimiento de los salarios siga siendo la principal preocupación de los responsables de la política económica del BCE, sobre todo porque los servicios, el mayor componente de la cesta de precios al consumo, son especialmente sensibles a los salarios.
Aunque el crecimiento salarial se ha ralentizado bruscamente, sigue siendo más rápido de lo que sería coherente con una inflación del 2%, y los sindicatos siguen exigiendo grandes aumentos salariales para compensar la pérdida de ingresos reales por la elevada inflación.
El BCE viene sosteniendo desde hace tiempo que está justificado un cierto reajuste salarial, pero los dirigentes económicos afirman que no confiarán en las perspectivas de inflación hasta que concluya el proceso de reajuste.
El banco central alemán se ha mostrado especialmente crítico con los riesgos salariales, argumentando que los sindicatos exigen cada vez más aumentos salariales, por lo que es probable que persista la presión en materia de ingresos de las familias.
(Información de Balazs Koranyi; edición de Christina Fincher; editado en español por Mireia Merino)
FS: finanzas.yahoo.com
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