Retos de la Policia Nacional en su 89 aniversario


Por Vicente (Tony) Balbuena
El autor es periodista y reside en Estados Unidos.

Al arribar a un nuevo aniversario de la fundación de la Policía Nacional de la República Dominicana, hecho ocurrido el 2 de marzo de 1936, son 89 años cumplidos, y siguen pendientes importantes retos que tiene por delante esta institución, para su actualización y modernización.

A pesar de los constantes esfuerzos realizados por la actual gestión del presidente Luis Abinader, y el Partido Revolucionario Moderno, PRM, hacen falta promesas que a la fecha no se han podido cumplir.

El combate a la delincuencia, la criminalidad y el narcotráfico, tiene que ser garantizado de manera real, ya que creará mayor ambiente de confianza en la población dominicana, y permitirá el ingreso de nuevos inversionistas nacionales y extranjeros, hasta el momento en Stand By, a la espera de acciones contundentes de la Policía Nacional, contra quienes atentan permanentemente contra el sosiego quisqueyano. 

Pero para estos trabajos policiales, hace falta un compromiso inquebrantable del Ministerio Público, comprometido en aplicar las leyes, sin importar quien caiga, con el propósito básico de enviar a las cárceles del país, a todos aquellos que hayan delinquido, a pagar por sus fechorías.

Recobrado ese clima de seguridad, al cual todos anhelamos, habrá un mayor interés de empresarios e inversionistas criollos y extranjeros, dispuestos a invertir capitales económicos en el país, lo que generará un aumento significativo de empleos, reduciendo la pobreza, y mejorando la calidad de vida de las familias dominicanas.

La Policía Nacional, adicionalmente de recibir un aumento de su presupuesto, debe contemplar una mejoría colectiva salarial en su membresía, acorde con el alto costo de la canasta familiar, que incluya a oficiales y subalternos en todos los programas sociales del Gobierno Dominicano, tales como, Salud, Comida, Educación, Techo Propio, Seguro Mèdico y Capacitación profesional permanente.

Suplir a los diferentes departamentos con vehículos blindados todo terreno, motocicletas modernas, sofisticados equipos de comunicación y armas de fuego de actualidad, para combatir en igualdad de condiciones con los antisociales.

Con estos incentivos, y herramientas, estamos seguros de que los agentes del orden público, no fallarán en su persecución a la delincuencia que nos afecta, y muchos menos seguirán de pedigüeños, exigiendo dádivas económicas a personas afectadas, que se presentan a querellarse por diferentes casos a cuarteles y destacamentos policiales, y hay que darles dinero a cambio, bajo el alegato de que el motor o la camioneta de la patrulla para realizar la persecución y captura de los malhechores no tiene combustible.

Esa mala práctica hay que eliminarla de algunos cuarteles policiales en el país, pero antes hay que aprobar un presupuesto económico, que requiere la institución, para que los policías se sientan orgullosos de vestir el uniforme gris, comprometidos a enfrentar hasta con sus vidas, si fuese necesario, a los que atentan contra la buena convivencia humana en la República Dominicana.

En esta labor de modernización de la Policía Dominicana, le hará falta la colaboración honesta de la población nacional, que en muchos casos, y por temor, esconde en barrios, comunidades rurales, distritos y municipios de provincias, a peligrosos y reconocidos antisociales, a sabiendas de sus actos y fechorías.

Todo esto es posible que se logre, siempre y cuando los fondos destinados a la Policía, no sean desviados, o malversados.

Si con estas propuestas, no se eliminan las peligrosas bandas, gangas y pandillas, que asedian a la población, operando fuertemente armadas, bien montadas y comunicadas, pero sobre todo atacando a instituciones bancarias, comerciantes y empresarios, que mueven capitales económicos a nivel nacional, entonces tendríamos que revisar, cual es el verdadero rol de esa institución castrense.

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