Por Vicente (Tony) Balbuena
New York.- Con luces y sombras, dominicanos que nacieron y aún con avanzadas edades, permanecen vivos recuerdan lo que se denominó, La Era de Trujillo. Muchos refieren sobre el respeto, la seguridad ciudadana, el florecimiento de la agricultura, ganadería y la recuperación de las empresas del estado.
En cambio, otros hablan de la carencia de la libertad de expresión, y libre difusión del pensamiento, lo que llevó a dicho régimen, a sacar de circulación a voces valientes, que se levantaron para denunciar los maltratos, atropellos y abusos, cometidos de 1930 a 1961, cuando el 30 de mayo de 1961, se le puso fin a la vida de Rafael Leónidas Trujillo Molina.
Son muchas las opiniones encontradas en cuanto a la vida de un militar, que nació precisamente un 24 de octubre de 1891. Hoy se cumplen 134 años de su natalicio.
Muchos dominicanos del exterior, manifiestan, que hoy hace falta un Trujillo Molina, para corregir la corrupción, impunidad y narcotráfico, que impera libremente en la República Dominicana.
Otros dicen, que Dios los libró, que vuelva un gobierno, donde la dictadura impuso con manos de hierro su ley, matando y encarcelando a dominicanos, que lucharon contra el régimen, hasta verlo caer, entre estos militares y colaboradores de su propio entorno.

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